La inervación hacia unas conductas y no hacia otras se logra, pero a costa de perder aspectos vitales de las personas, que siempre tienden a conductas libres de condicionantes, mas todavía en la inervación que repele como algo que se siente externo a uno. Fuera de uno, no se esta intervalo sino poseído por condicionantes excesivos que dificultan la acción, plenamente dirigida a otros fines, demasiado abstractos y no realizable, ya que es la voluntad la que sufre tal perdida. Se esta sin estar aunque se reconoce como un todo que no funciona como debe ser uno, volviendo las acciones, como programadas para salir de uno, fuera de toda duda sobre la propia conducta, que sigue sintiendo cuando lo intervalo se apodera del individuo, con acciones impuestas, ajenas y alemanes en su propio origen, como tendentes a la acción compulsiva y desorganizada de todo fin.
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